A continuación puedes ver los cuerpos más extraños que vas a ver en tu vida:
1. Un nuevo significado para la palabra bocazas.
El angoleño Francisco Domingo Joaquim, alias Chiquinho, es el orgulloso poseedor de la bocaza más grande del mundo. Su récord, oficializado hace cinco años en Roma, establece que su boca, una vez estirada, mide 17 centímetros de ancho. Ver para creer.
2. Ríete tú de la silicona.
Salta a la vista que, en el reparto divino de pechuga, Annie Hawkins-Turner salió bien parada, quizás demasiado bien parada… La norteamericana gasta unas medidas que harían las delicias de Russ Meyer: 109,22 centímetros en medida bajo pecho y 177,8 centímetros de perímetro pectoral por encima del pezón.
3. Cómo recuperar la elasticidad de tu piel sin tratamiento cosmético alguno.
Gracias a su condición, Turner puede separar la piel de su estómago hasta 15,8 centímetros, cifra que le convierte en el hombre de piel más elástica del mundo. Por si te lo estás preguntando, la acción de estirar la piel de esa manera no le produce ningún dolor.
4. Hay que echarle narices.
Érase un hombre a una nariz pegado, érase una nariz superlativa, érase una nariz sayón y escriba… Si Quevedo viviera hoy, se fijaría en la monumental napia del turco Mehmet Ozyurek a la hora escribir su famoso soneto satírico. Con una medida de 8,8 centímetros de puente a punta, Ozyurek es el hombre vivo con la nariz más larga de la que se tiene registro.
5. Las avispas tienen envidia de esta cintura.
La protagonista es la norteamericana Cathie Jung, aficionada a la moda victoriana y los corsés de cuerdas. En 1999 se hizo con el premio Guinness a la cintura más pequeña (encorsetada) en una persona viva con un talle de 38.1 centímetros. Nada mal para sus 1,72 metros de altura.
6. La mujer lagarto.
En el verano de 2010, la californiana Chanel Tapper se alzó con el récord Guinness en la categoría de ‘ lengua más larga del mundo’ con una medición de 9.75 centímetros desde la punta del órgano a la vertical que coincide con el centro de los labios.
7. El licántropo adolescente.
En 2010, esta joven tailandesa se coronó como la adolescente más peluda del mundo, convirtiéndose en una pequeña celebridad. Al menos entonces lo llevaba más que bien. “No me siento diferente al resto”, aseguraba a los medios que se acercaban a preguntarle por su condición. “Ser peluda me hace especial”.
8. Cortarse las uñas, ¿para qué?
La norteamericana Lee Redmond se pasó media vida cultivando sus uñas de las manos como si fueran un tesoro. Empezó a dejarlas crecer en 1979 hasta alcanzar, en 2008, una longitud total combinada de 8.65 metros
9. Mirar con ojos saltones era esto.
Goodman tiene la habilidad de sacar sus ojos de las cuencas. Los puede empujar hacia delante hasta 12 milímetros. El efecto es absolutamente hilarante.