Los hechos ocurrieron el pasado domingo en la localidad jienense de Guarromán. El señor M.A.L. se levantó por la mañana con fuerte dolor de barriga y retortijones, pero esto no fue suficiente para quitarle las ganas de su baño diario en las piscinas del pueblo.
M.A.L. acudió como siempre a la piscina y se zambulló en el agua. Parecía que todo iba bien pero de repente un retortijón enorme sacudió su barriga y empujó con fuerza desde dentro de su cuerpo hacia afuera. M.A.L. no pudo retener lo que su cuerpo quería expulsar y se produjo la desgracia.
M.A.L. dejó un rastro enorme de agua marrón muy maloliente. El socorrista en cuanto vio la escena se apresuró a desalojar la piscina para que los usuarios no sufrieran daños ni físicos ni morales pero algunos de los usuarios que estaban nadando al tocar el rastro de M.A.L. también acabaron vomitando, por lo que la piscina se convirtió en una sopa un tanto asquerosa.
Ya se ha procedido a la limpieza de la piscina y el señor M.A.L. tendrá prohibido el baño durante un mes hasta que recupere ese delicado estómago.